¿ Por qué alguien debería estar haciendo ingeniería genética con animales ? El problema se ha originado por la reciente publicación por parte de la administración de EEUU de un reglamento para estas modificaciones. La mayoría de las preocupaciones que se plantean acerca de este tema vienen de criterios éticos.
Algunos sostienen que es intrínsecamente malo para los humanos tratar de manipular la genética de los animales. No es nuestro objetivo cambiar las características esenciales de un caballo o un pollo. Tampoco podemos estar seguros, argumentan los críticos, que los animales modificados genéticamente produzcan leche o carne que sea absolutamente segura para comer. Y a algunos críticos les preocupa que la mezcla de genes de especies diferentes no sólo es antinatural, sino que puede crear el origen para que las consecuencias de cruzar diversas especies modificadas tengan consecuencias no previstas.
Estas preocupaciones éticas no son todas legítimas. En un mundo en el que hay miles de variedades de cerdos, pollos, ovejas, vacas, perros, gatos y ratones realizados todos por los seres humanos mediante reproducción selectiva, es difícil argumentar que es intrínsecamente malo por cambiar "la esencia" de cualquier animal. Hemos cambiado nuestros animales domésticos tanto, que sus parientes silvestres ya no pueden reconocerlos. La ingeniería genética acelera el proceso y permite los cambios más drásticamente, pero no es fundamentalmente diferente de lo que nuestros antepasados hicieron unos pocos miles de años antes para hacer posible a las razas Chihuahua, Collie o Gran Danés.