Un nuevo proceso de reciclaje que tiene a las bacterias como sus mejores aliadas, pretende conseguir que el omnipresente plástico PET pueda convertirse en un plástico biodegradable que podría sustituir al celofán en el envasado de alimentos.
El plástico PET, es uno de los más conocidos tipos de plástico: miles de millones de botellas de PET se venden cada año en todo el mundo. Sin embargo, menos de una cuarta parte de ellas son recicladas, según un estudio presentado en 2006 por el grupo de comercio de la Asociación Nacional para Recursos de contenedores de PET.
Los plásticos de alta calidad, que son los adecuados para el envasado de alimentos o bebidas, son más caros que los plásticos vírgenes de tipo PET, así que la mayoría de las botellas de plástico se reciclan en menor grado, y con menos capacidad de aprovechamiento.
Existen nuevas formas de convertir el PET en materiales útiles por lo que podría ser un incentivo para reciclar más este tipo de plásticos. Sería aún mejor que los productos de este reciclaje fuesen biodegradables, como lo es la PHA. La demanda de PHA podría crecer hasta un punto en el que podría absorber una parte de los residuos del PET, mientras que a la PHA no es la única respuesta al PET reciclado, sino que puede ser parte de la solución.