Las relaciones obsesivas terminan siendo perjudiciales. Los expertos alertan de un fenómeno creciente y preocupante: la adicción excesiva al tono moreno, que los medios han bautizado como tanorexia (de la palabra inglesa 'tan', que significa broncearse).
"Una encuesta realizada a 400 estudiantes de la Universidad de Virginia ha desvelado que hasta un 27% de ellos podría considerarse tanoréxico" según una experta del Centro de Cáncer Fox Chase y autora de un estudio sobre el tema que publica American Journal of Health Behavior. "Y lo más sorprendente es que el 40% de estos adictos consigue su objetivo en cabinas de rayos UVA que empiezan a utilizar con tan sólo 17 años", añade.
Para esta experta y sus colegas de investigación, de diversos centros estadounidenses, esta obsesión por conseguir una piel dorada es peligrosa, "ya que muchas personas no se protegen lo suficiente de los rayos solares y ultravioletas, porque creen que así se van a broncear más rápido, y pueden sufrir fotoenvejecimiento prematuro o, lo que es peor, cáncer de piel".
De hecho, este tipo de tumor es uno de los más frecuentes y se calcula que se diagnostican dos millones de casos nuevos al año en el mundo, de los cuales el 90% se debe a las radiaciones ultravioletas. "Deberíamos hacer campañas de prevención más agresivas, porque parece que la gente sigue sin ser consciente de los efectos dañinos del sol".
Para su estudio, los autores realizaron un cuestionario que incluía preguntas relacionadas con la exposición al sol y la asistencia a centros de rayos UVA, el uso de cremas protectoras, con factores relacionados con la salud como el índice de masa corporal y también sobre otros hábitos como el consumo de tabaco o alcohol.
Sus resultados indican que la cuarta parte de los participantes podría incluirse dentro de la categoría de los tanoréxicos, que la mayor dependencia la generan las máquinas de rayos UVA –que llegan a utilizar hasta 14 veces al año-, más que broncearse en el exterior y que son los individuos de raza blanca, delgados y fumadores los que más riesgo tienen de sufrir esta adicción.
"El hecho de que las personas delgadas sean más propensas a la tanorexia tiene que ver con que están más acostumbradas a mostrar su cuerpo sin complejos y se ven bien en bikini, algo que no ocurre con todas las personas obesas, que al no sentirse a gusto con su cuerpo prefieren no bajar a la playa o no exponerse demasiado al sol".